sexualidad
Desde nuestra menarquía (o quizás antes también) la exploración de nuestras cuerpas, nuestra sexualidad y deseos se hacen cada vez más presentes. Con curiosidad te empezás a tocar (yo me frotaba contra una pelota de básket de mi hermano o con una B4RBI3) mientras observas como te cambia la cuerpa, las hormonas, y en esa mutación del avatar te das cuenta de tus deseos y placeres también. Te empieza a llamar la atención tal o cual persona/figura de tu cotidianeidad (puede ser tu amiga, el animé que mirás o tu cantante favorito). Y pronto, sin darte cuenta, te sumergis en el mundo de la sexualidad.
Recuerdo ir a
jugar a la casa de mis amigas y buscar a escondidas en g00gl3 sobre conchas,
tetas, pijas y sexo. Yo me calentaba viendo eso y quería cada vez ver más, pero
mi amiguita de aquel entonces se horrorizó pensando que sus xadres cogían
también de esa manera. Peor aún, que ella había venido al mundo de esa manera,
¡no podía ser! Mi primer beso fue con un varón que aprovechó a manosearme las
tetas y decirme que no me creía que esa fuera mi primera ve (quizás por mi
promiscuidad o por mi cuerpo desarrollado? Kien sabe!)
Pero lo que
realmente fue un antes y un después en mi vida fue mi primer relación sexual.
También fue con un varón, pero esta vez fue con un varón que conocí por
int3rnet y que me llevaba 14 años de diferencia. Yo tenía en ese momento 14
años y él… 28 años. Sí, fue un escándalo en mi familia y en mi vida y fue el
vínculo más violento que tuve hasta ahora. Pasé por diversos tipos de
violencias a lo largo de toda esa “relación” (si se le quiere llamar relación a
un vínculo de unx menor con un adulto de casi 30 años…) y la que no se hizo
esperar nada fue la violencia sexual. Para la segunda vez que tuvimos relaciones
el chabón decidió que no iba a usar más preservativo, total, yo era una
adolescente semi-virgen enamorada.
Con 14 años me
encontré a la deriva, muerta del miedo por un embarazo no deseado (ni se me
ocurría pensar en ETS/ITS en ese momento). Y cuando mi mamá se enteró que había
iniciado mi sexualidad con este espécimen, me trató de puta atorranta
sinvergüenza, negándome toda posibilidad de acceso a algún tipo de
anticoncepción. A partir de ese entonces, entendí que la salud sexual y
reproductiva iba a ser una responsabilidad sólo mía.
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