Viajar voluntariando

Hace exactamente dos años atrás, yo era una más de esas tantas, tantísimas personas, que a lo largo y ancho de todo el mundo decidieron dejar su trabajo de oficina. Un trabajo que se había intensificado durante toda la pandemia y que sólo hacia que mi salud mental pendiera de un hilo (cada vez sintiéndolo más y más finito). Un día llegó a mí la persona indicada, una viajera que me invitaba a salir de esa vida, para meterme a una mucho más afín a lo que mi cuerpo, mente y alma me pedían a gritos desde hace tiempo. 

Comenzó así una nueva vida para mí y me sentí más cerca de lo que yo consideraba libertad. Trabajar tantas horas al día para ganar dinero (que sólo me servía para sobrevivir en una ciudad depredadora, materialista y capitalista) era un estilo de vida que cada día me dañaba un poco más. No podía ser esa la única opción para vivir. Decidí tirarme a la pileta y ver como (volver a) aprender nadar.

Empecé así mi viaje por Argentina, sin saber muy bien dónde, cómo y qué hacer. Con los miedos de siempre (cómo vas a hacer para sobrevivir sin un trabajo estable, de qué vas a vivir) pero las ganas de hacer de mi vida una experiencia más agradable. Todos esos sentimientos fueron más fuertes. 

En qué consiste un voluntariado

Un voluntariado es un intercambio de mutuo acuerdo sin dinero de por medio* entre dos partes, que generalmente suelen ser hostels y voluntarixs. También hay organizaciones, refugios, familias y personas particulares que buscan una mano/ayuda y solicitan voluntarixs para sus proyectos. El anfitrión te debe ofrecer hospedaje y minimamente una comida (que suele ser el desayuno y en algunos casos es muy abundante pero en otros una miseria) y algunos otros beneficios que pueden ir desde el poder usar la lavadora, paga extra, excursiones y más. Los voluntariados suelen tener una duración mínima de 15 días y puede extenderse por varios meses, básicamente dependiendo la buena onda que haya entre la gente del lugar y unx. Las tareas varían según al lugar al que vayas, pero en un hostel generalmente pueden ser recepción, limpieza, ayudar a prepara el desayuno, recibir a los huéspedes, contestar el celular con las reservas, ayudar en el bar o vendiendo cerveza, ser serenx (quedarse hasta la noche/madrugada despierto pues hay hostels que funcionan 24/7), mantenimiento, jardinería, etc. Hay otros voluntariados que también ofrecen bioconstrucción, permacultura, actividades con plantas medicinales, cocina, marketing y demás, asique dependerá mucho de tus gustos. Todas estas tareas se realizan entre 4 o 5 horas al día (NO más que eso, ya que una de las ventajas de voluntariar es que te queda tiempo libre por si necesitas un trabajo extra, que suelen ser de mínimo 6 horas) con un franco a la semana o en el mejor de los casos, hasta dos. 
Todo esto que detallo se debe aclarar antes de llegar al lugar y de manera explícita, porque muchísimas veces me ha pasado que no habían quedado los horarios o tareas claras (entre dueñx de hostel o demás voluntarixs) y terminaba perdiendo tiempo libre o haciendo más trabajo del acordado.

*me toca aclarar también y decir que he visto varias situaciones en donde ofrecen voluntariado (sobre todo en reservas o para trabajar en granjas/con animales) con un costo económico de parte de quien desee voluntariar..

Mis experiencias en viaje

Mi primer destino de viaje fue San Rafael en Mendoza (Argentina). Ahí estuve viviendo un mes en el sillón de mi amigui y su compa (gracias♥). Cuando fue tiempo de mutar a algo más, empecé a recorrer todos los hostels que encontré en G00gle M4ps y tenían buenas referencias y salí con un par de currículums en mano a patear las calles. Luego de no conseguir disponibilidad en el hostel que más me gustaba y de no aceptar la oferta de un hostel que me exigía tareas bastante intensas, muchas horas al día y con un intercambio bastante pobre de su parte, llegué a un hostel familiar atendido por sus dueñxs. Fue particular esta primera experiencia, porque lxs dueñxs (gente de 50/60 años venida de Buenos Aires) vivían en el hostel también (sin una habitación para ellxs) y prácticamente estaban todo el día allí. No solían hacer voluntariado, pero mi perfil en el CV les interesó, asique me quedé voluntariando ahí por un mes entero. Era la única voluntaria en el hostel y también me quedaba a cargo sola cuando ellxs salian a disfrutar de alguna actividad. El intercambio consistía en 4 horas al día, dormir en habitación compartida con huéspedes y un desayuno bastante pobre... 

Aún así decidí aceptar y quedarme todo ese tiempo ya que no había mucha otra opción en esos momentos en San Rafael. Esta fue mi primer acercamiento lidiando con dueñxs de hostels, en donde había momentos donde se tergiversaba el trato y sentía que de repente ellxs me consideraban su "hija" y me trataban como tal. Terminé yéndome del lugar en buenos términos, pero antes de lo que pensaba y definitivamente sin ganas de volver a repetir la experiencia en ese lugar. Lo mejor del hostel: los huéspedes. Sus experiencias y compañía siempre fueron mi mayor motivación a la hora de voluntariar en algún lugar. Fue así también que conocí mi próximo destino: Hostel Casa Grande en Merlo, San Luis. 

Floky ♥
Este voluntariado fue una experiencia totalmente distinta. Conseguir lugar en el hostel fue súper fácil, me comuniqué con ellxs via Instagram y muy rápidamente me contactaron con el dueño del lugar. Él me preguntó qué sabía hacer y qué cosas me gustaban y me dijo que me esperaría para la fecha en la que yo le proponía llegar. Al arribar, en el hostel había muchxs otrxs voluntarixs (eramos 8 creo en su momento) y también gente de staff que trabajaba con un sueldo para el hostel. Había tareas y turnos muy variados, que iban desde mantenimiento, jardinería, arreglo de bicicletas/electricidad, atender el bar, ayudar en el desayuno, limpieza y de sereno a la noche/madrugada. Soy una persona bastante diurna y que se duerme temprano, asique imaginarán mi sorpresa al tener el turno de serena varias noches/madrugadas consecutivas. Ahí aprendí una de mis tantas nuevas facetas y la disfruté de igual manera sin chistar. El hostel era muy grande y compartía habitación sólo entre voluntarixs, pudiendo cada unx tener su espacio. En esta oportunidad, el contacto con el dueño fue bastante distinto, asique se trabajaba/voluntariaba más en conjunto con la gente del staff, quienes básicamente eran lxs encargadxs también de enseñarnos las tareas. Me quedé menos de un mes allí pero disfruté muchísimo de mi paso por este hostel, aunque a los dos días de haber llegado muchas chinches de cama me picaron todos los brazos y tuvieron que desinfectar el cuarto. 

Pintando con una huésped la habitación de lxs voluntarixs ♥

Otra oportunidad distinta pero altamente gratificante fue mi paso en el Bolsón por La Casita Naranja. Pero antes quiero contar de una situación que me tocó atravesar, en donde tuve que poner mi instinto de supervivencia, activar lo antes posible y huir de ahí. 
Hay muchas maneras de conseguir voluntariados y una de ella es mediante grupos de Facebook específicos de voluntariado o mochilerxs. Ahí hay mucha oferta variada o contactos de otrxs viajerxs que recomiendan lugares por distintas partes del mundo. Fue por ahí donde encontré una oferta demasiado buena para ser verdad: era un perfil de cabañas en el Bolsón con un nombre bastante genérico, que ofrecia hospedaje, comida, pan casero, posibilidad de hacer unos pesos haciendo artesanías en el lugar y una habitación privada. Qué bajón me comí cuando después de haber viajado muchísimas horas, me encontré con un panorama totalmente distinto. El voluntariado era "muy relajado" sin horarios ni demás, pero la habitación privada no tenía calefacción alguna(llegué en pleno Junio con la idea de pasar todo el invierno allí), no podía ducharme del frío que hacía y eso me obligó a pasar todo el tiempo con el "anfitrión" en una casa/choza que contaba con un horno que funcionaba 24/7 y calentaba el lugar. A pesar de que me angustió bastante encontrarme en esa situación, decidí activar rápidamente vía whats4pp y escribirles a todos los hostels del lugar, explicando más o menos la urgencia de mi situación. Rápidamente surgieron muchísimas posibilidades para salir de ahí y la que más me agradó en su momento fue el cálido recibimiento en la Casita Naranja. Tuve previamente una entrevista con ellxs para contarles mi situación y a los pocos días me mudé ahi. Lxs demás voluntarixs y su dueño, Nico, me hicieron sentir segura y tranquila ni bien me acomodé. Tenía habitación privada con otrxs voluntarixs y las tareas eran básicamente prestar atención al celular para contestar mensajes, limpieza y orden del hostel y atender a los huéspedes. Pero lo que más me gustó del hostel era la dinámica de hacer sentir parte a todxs. Me terminé quedando los 3 meses que pretendía y atravesé el invierno patagónico en un lugar cálido y acogedor, pudiendo a su vez recorrer a mi tiempo todos los hermosos lugares del Bolsón. Cocinar comidas grupales con los huéspedes y que
calentaran el cuerpo fue de las experiencias más lindas que me tocaron vivir. También surgieron problemáticas entre la dinámica de lxs voluntarixs en donde tuvimos que estar constantemente conversando sobre los malos manejos que habían, hasta que algunxs se fueron y la energía volvió a fluir en el hostel. 
La última experiencia super enriquecedora que tuve fue en Amaicha del Valle en Casa Amancay, con Seba. Fuimos a voluntariar allí con mi pareja, me contacte con el por medio del contacto de una conocida viajera y fuimos a voluntariar 15 días a su casa/hostel. El es una persona muy querida y reconocida en el pueblo y que a su vez tiene una finca y bodega comunitaria, por lo que las tareas fueron interesantisimas y muy variadas. Estuvimos ayudando con los vinos, cosechando maíz, construyendo caminos para un lugar sagrado, haciendo tareas que requerían mucho esfuerzo físico pero que recompensadas hermosamente luego. Teníamos nuestra habitación propia y todas las comidas incluidas, por lo que nuestra estadía allí fue altamente gratificante y valiosa. 
con mis compinches Mora y Corbata disfrutando la nieve en el Bolsón

No todo es color de rosas pero...

Como conté previamente, también pueden tocar voluntariados/momentos desagradables y hay que tener plan B o C para salir de ahí en cuanto se pueda. Me pasó viajando con mi pareja en un hostel en Yala, Jujuy, en donde el dueño manejaba una confianza bastante intensa tratandome de "mamita y guacha" y si bien al principio no me salió poner los limites (pues prioricé lo hermoso, la tranquilidad del lugar y de por fin estar estabilizados en un lugar) terminamos yendonos del lugar en muy malos terminos, discutiendo con el dueño, ya que de un momento para otro nos dijo que nos teniamos que ir de ahí, dejandonos bastante a la deriva. Otra secuencia fue ir a un lugar por recomendación de un amigo y llegar y que el lugar no sea nada a lo que esperamos. El intercambio en sí era como decia (comida y cama) pero en condiciones muy tremendas! Pasamos mucho frío, tambien incomodidades como no poder ducharse porque la ducha era electrica, dentro de un gazebo a la intemperie baño seco sin calefacción, no había espacios comunes donde no hiciera frío, había que lavar los platos con un balde de agua y dormir en un colectivo sin acondicionar arriba de unas mantas viejas y sucias. Estuvimos 3 días "de prueba" y ni bien pudimos nos fuimos. 

Hubo situaciones con quienes estaban de encargadxs en hostels, como en un hostel de Tilcara. Muchas veces lxs dueñxs no están en el hostel o salen de viaje y quedan viajerxs encargadxs del lugar. Hubo buen vínculo hasta que surgían situaciones de teléfono descompuesto con lxs dueñxs del lugar y no estaba bueno porque habia dos versiones de la situacion y lxs dueñxs elijen creer a lxs encargadxs usualmente. Dueñxs que se creen que hay personas de segunda o tercera y te maltratan/basurean/abusan (me pasó trabajando voluntariamente en un café en Bolivia donde todo era muy hermoso, pero muy exigente el trabajo y malos tratos de la dueña). A su vez, hay veces que toca también lidiar con compañerxs voluntarixs que están en su ped0 y no son muy colaborativos, sino que terminan cagand0 muchas veces la dinámica y que haya mala onda. Hay de todo. La mayor parte de las veces lo solucioné hablando y expresando lo que sentía de la situación para ver de solucionarla. Hubo otras situaciones en donde tuve que actuar rápidamente e irme del lugar sin mirar atrás. Y hay que ser consciente de que estas cosas pueden pasar también. 

Con el tiempo y las experiencias también fui descubriendo más grupos de viajerxs en Wh4ts4pp en donde recomendaban o no recomendaban voluntariados o también un Inst4gr4m que me ayudó muchísimo porque recopila malas experiencias de voluntariados por Argentina mayormente, pero también por latinoamérica. Su inst4gr4m es /viajeras.voluntariando.arg (gracias chicxs por su dedicación y compromiso♥). Las referencias en G00gle m4ps suelen ser útiles en muchos casos, pero en muchos otros van a ser sólo referencias de huéspedes y no de voluntarixs, algo que es muy distinto, porque lxs dueñxs de los lugares en la mayoría de los casos van a tratar muy bien a sus huéspedes y no tanto así a sus voluntarixs... 

Datita extra para quien viaje

También quisiera comentar que existen aplicaciones para voluntariar y viajar y algunas de ellas son:
  • Worldpackers (tenés que pagar una membresía anual de 60usd y hay distintos planes, yo nunca pagué la membresía pues argentina y crisis, pero en muchos lados se usa y hay muchas buenas referencias) 
  • Workaway (similar a Worldpackers pero con otra dinámica. Tenés que pagar una membresía pero entrando desde la compu también podés ver el contacto de muchos anfitriones y contactarte directamente con ellxs sin necesidad de pagar)
  • Couchsurfing (esta app no es de voluntariado en sí, pero es para hospedarse por unas noches en la casa de alguna persona/familia. También es paga desde el 2020 pues pandemia y crisis, y para viajar por Europ4 o si pasas por grandes ciudades, sirve mucho. También sirve para conocer gente y que te lleven a recorrer su ciudad)
  • Voluntariando Mundo (esta aplicación es para el celu únicamente y te tira muchos anfitriones por todo el mundo que ofrecen voluntariado/intercambios. No hay que pagar y muchas veces lxs anfitriones "están en proceso de revisión" asique no hay muchas referencias de los lugares pero es un mapa bastante completo de los lugares por si tenés que buscar opciones) 
  • únicamente en Argentina encontré esta página gratuita que se llama Voluntariando Argentina que también tiene listas de anfitriones por todo el país y lo piola es que hay diversos tipos de intercambios. Lo no tan piola es que se contacta vía mail asique lamentablemente nunca obtuve respuesta de los lugares que me interesaron. 
  • Las infaltables del viajerx que no son específicas de intercambios pero sí te van a ayudar mucho son MAPS.ME (que sirve para tener los mapas descargados y no depender del maps unicamente) y iOverlander (una app buenísima que también te muestra mapas de los lugares pero con data varia e enriquecedora recopilada por viajerxs que ya pasaron por esos lugares, como por ej: donde encontrar un lugar para acampar, para ducharse, lugares tranquilos para dejar tu van, para comer, etc.) Ambas están para el celu y iOverlander también en la compu. 

Es la vida, todxs queremos tocar el cielo

Desde que descubrí la dinámica de voluntariados, si bien me comí varios garrones, también conocí mucha gente muy piola, aprendí de muchas culturas y escuché muchas historias increíbles, conocí lugares mágicos y tuve experiencias altamente gratificantes y enriquecedores. Me enamoré, hice amigxs que hoy en día conservo, pegué onda con huéspedes que luego me invitaron a su casa y aprendí de oficios y habilidades que nunca se me hubieran ocurrido. Me permitió conocer nuevas facetas mías, como por ejemplo aprender a convivir en una comunidad efímera como es la comunidad viajera, aprender a dormir en una habitación con mucha gente desconocida todo el tiempo, perder tu privacidad y adaptarte a muchas situaciones que van cambiando muy rápido. Voluntariar también me permitió ahorrar mucha plata en hospedaje y comida, practicar idiomas porque hay viajerxs de todo el mundo, aprender de nuevas culturas, comidas, miserias y bondades de lxs viajerxs. La vida de viajerx te da muchísimas enseñanzas y experiencias, voluntariar es una de las tantas opciones con las que se puede viajar, aprovechar y conocer muchísimos lugares. Sólo queda en unx animarse a dar el salto nomás :)

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